dilluns, de març 05, 2007

1 dia de fluxos corectes

Llegó a la conferencia justo a tiempo y se aposentó a la derecha de la mesa, al lado de un británico catalanoconacentoparlante que garabateaba letras chinas en un libro de ejercicios. Els millors llibres són en anglès; en català hi ha un diccionari y els de castellà no són bons. Le mostró la tapa y le advirtió sobre la importancia de practicar la fonética con audiovisuales. Luego le preguntó de que oficina venía y él respondió sonriendo. Era un británico amable de pelo blanco que a diferencia del resto de asistentes no necesitaba saludar a la camarilla de preocupados por la lengua. Había venido a escuchar y hasta que no empezaran a hablar tenía deberes por hacer. Más tarde le comunicaron que estaba molestando, tanto revolotear de aquí para allá. Pues claro, nosotros siempre molestamos, pero queréis salir en la premsa, ¿no? Al salir pasó por el lavabo, sólo para ver cómo era. Se fue pensando, esa señora que colocó la colección completa de las obras de Dickens, Flaubert i Turgenev encima de un televisor de 21 pulgadas, como un juego en el cual pierden todos, estás ahí en tu pieza viviendo y cocinando y leyendo la enciclopedia autodidáctica, ¿cuáles son los dulces que no te gustan?, siempre estirando estirando la cuerda hasta el máximo, máximo. El tiempo debería pasar solo cuando le das permiso. ¡Que no conste en acta! Cuando llegue a casa lo apuntaré todo. No llevo libreta, tampoco tengo manos ni luz para apuntar. Lo que pretendía era localizar todas estas actividades innecesarias en las que se entretenía demasiado para optimizar el tiempo que quedaba. Lo pensaba y tachaba, "eso", "eso" y luego pues se descubría otra vez haciéndolo. ¿Verdad? Al salir de la oficina, le apeteció pimienta, antes de saludar al señor de seguridad y recordar que la pimienta no le gustaba. Las luces de la ciudad sonreían y creyó percibir que sus substancias cerebrales estaban en orden [por hoy], así que se deslizó entre las calles y los humos hasta llegar a casa y comer algo de coliflor con pimienta cinco bayas. Abrió el bloc para escribir, pero lo había olvidado todo. Pica. Y no es como la pimienta que yo había planeado.